
Te mande una caricia diluida en el aire;
Para que cuando el viento roce tu piel,
Sientas mis manos tocarte.
Te mande un suspiro que se deshizo en mis mejillas;
Para que te hiciera compañía en aquellas noches frías,
Donde la soledad lastima y el silencio es agonía.
Te mande un verso de aquellos que solo surgen en una bella noche
Para recitarlos a tu oído y hacer de tus sueños dulces;
Los momentos más reales y felices.
Te mande una mirada que tropezó con la tuya;
Para que te hablara por mí y descubrieras mis ansias,
Miradas tímidas, penetrantes y fijas que juegan con las tuyas.
Te mande una lágrima que se deslizo sin encontrarte;
Para que vieras como duele no tenerte;
Para que sintieras como anhelo acercarme
Pero la distancia me hace imposible derribar estas paredes.
Te mande señales, códigos, palabras y poemas,
Pero sin éxito alguno, unas solo llegaron con la ausencia,
La ausencia que me lleva a la tristeza de saber,
que mis señales no interpretas.
Ni mi caricia diluida en el aire logro rosar tu piel,
Ni mi suspiro logro hacerte compañía
Y mis versos se quedaron sin ser recitados;
Ni convirtieron tus sueños en dulces fantasías.
Mis lágrimas que de tanto caer se secaron,
Ninguna llego a encontrar un refugio en tus labios
Y mis códigos y palabras no alcanzaron;
A robar tu corazón solitario.
Lo siento! mis señales no fueron suficientes;
O tu corazón no supo interpretarme,
Pero mis constantes señales, nunca llegaron a alcanzarte.
Mis señales frágiles como el viento solo pudieron rozarte;
Más no pudieron quedarse permanentes en ti
Únicamente se quedaron solas esperándote,
En un banquillo olvidado, frío y distantes de ti.
Para que cuando el viento roce tu piel,
Sientas mis manos tocarte.
Te mande un suspiro que se deshizo en mis mejillas;
Para que te hiciera compañía en aquellas noches frías,
Donde la soledad lastima y el silencio es agonía.
Te mande un verso de aquellos que solo surgen en una bella noche
Para recitarlos a tu oído y hacer de tus sueños dulces;
Los momentos más reales y felices.
Te mande una mirada que tropezó con la tuya;
Para que te hablara por mí y descubrieras mis ansias,
Miradas tímidas, penetrantes y fijas que juegan con las tuyas.
Te mande una lágrima que se deslizo sin encontrarte;
Para que vieras como duele no tenerte;
Para que sintieras como anhelo acercarme
Pero la distancia me hace imposible derribar estas paredes.
Te mande señales, códigos, palabras y poemas,
Pero sin éxito alguno, unas solo llegaron con la ausencia,
La ausencia que me lleva a la tristeza de saber,
que mis señales no interpretas.
Ni mi caricia diluida en el aire logro rosar tu piel,
Ni mi suspiro logro hacerte compañía
Y mis versos se quedaron sin ser recitados;
Ni convirtieron tus sueños en dulces fantasías.
Mis lágrimas que de tanto caer se secaron,
Ninguna llego a encontrar un refugio en tus labios
Y mis códigos y palabras no alcanzaron;
A robar tu corazón solitario.
Lo siento! mis señales no fueron suficientes;
O tu corazón no supo interpretarme,
Pero mis constantes señales, nunca llegaron a alcanzarte.
Mis señales frágiles como el viento solo pudieron rozarte;
Más no pudieron quedarse permanentes en ti
Únicamente se quedaron solas esperándote,
En un banquillo olvidado, frío y distantes de ti.
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